Es lo que quiero, pero ahora que ya llego el momento que tanto espere, me cuesta irme así como si nada y dejarte acá. 

Nunca me voy a olvidar la noche que me leíste, y llorando me abrazaste. Me diste ese abrazo sincero que necesitaba. Gracias por entenderme esa noche, por haber abierto esta pagina sin saber con que te ibas a encontrar. Por algo fue que tuviste que abrirla y llegar hasta este pedacito de mi, donde muy de vez en cuando vengo a escribir porque nadie lo conoce. 

Se que no fue fácil convivir conmigo, sobretodo al principio. Perdón si alguna vez dije o hice algo sin pensar. Tampoco fue fácil para mi amoldarme a vos, tus formas y tu mente abierta y liberal, la cual admiro y mucho. Ojala haya aprendido un poco de tu forma de ver el mundo en estos años. No me había dado cuenta de lo afortunada que era de tener un hermano como vos, hasta que nos toco vivir juntos. Y eso es lo mas lindo que me llevo de estos tres años de cambios. 

Gracias por cada detalle y cada momento compartido.

Se que cuento con vos siempre, y espero que vos sepas que también lo haces conmigo, sin importar cuan lejos o cerca estemos.

Te quiero mucho, para siempre.

"Fuiste la forma más triste y bonita que tuvo la vida de decirme que no se puede tener todo.
Lamento que esa frase no sea mía. Ni siquiera sé de quién es. Solo sé lo rota que me siento ahora mismo. Te quiero. Quédate con eso. Guárdalo. Cuídalo. Yo haré lo mismo con la huella que me dejas. Y si algún día es posible, sé que sera contigo. Ahora vive mucho. Tienes que crear recuerdos que contarme cuando seamos viejos. 
Las personas no cambian y en cierto sentido estoy de acuerdo, pero escúchame... No estamos condenados por quiénes éramos cuando erramos. Somos mucho más que los aciertos y las equivocaciones que cargamos."

"Tuve la corazonada entonces de que nadie se había parado a regalarle algún capricho, no material, sino emocional. Y Sofía tenia derecho a soñar con volar o con lo que le diera la gana. Y si para ella era importante que alguien la recogiera después del trabajo, lo haría. Y apoyado en la pared, junto a la puerta, la esperaba hasta ver como su sonrisa atravesaba todos los cristales de Madrid, haciéndolos estallar antes de enganchar su brazo al mio y andar a casa."

Estoy en casa, la casa que siento más casa que nunca antes. 

Estoy en mi lugar. 

Estoy con mis papas. 

Estoy con mis amigos.

Estoy acá.

Estoy.

Nada cambio.

Ayer volví de casa, una vez mas sin saber si estoy en el lugar correcto.

Una vez mas con las ganas de no querer volverme nunca mas, pero con el miedo de no saber, de no poder tomar ese camino de una vez, de no decepcionar(me). 

Y una vez mas, con un sentimiento de tristeza que me inunda por dentro, pero que sigue ahí estancado y demuestra sonrisas para no tener que ponerse a explicar.

Otra vez sola frente a la computadora, y con mil trabajos apilados al costado, esperando que se hagan solos para poder descansar. 

De vuelta las ganas de llorar que terminan no solucionando nada. 

Queda poco, solo dos meses. 

Pero la espera se me hace infinita, cada día que pasa se me hace mas pesado. 

Extraño. 

Extraño y mucho.

Después de un tiempo me vi obligada a retomar las cosas por estos lados.

Quizás es el tiempo que pierdo sola que me hace pensar tanto, y que no me deja ponerle silencio a mi cabeza por un ratito.

En una de esas son las ganas de un cambio, las ganas de encontrar eso que me haga sentir bien mas allá de lo cotidiano de todos los días.

Conseguir al fin lo que tanto esperaste para sentirte bien y feliz, pero que al momento de sentirlo ya no sea el objetivo para aquella felicidad y bienestar. Si no que sea un detalle mas.

No tener el disfrute total de aquello que tanto quisiste, y hoy que lo tenes ya no importa tanto.

El sentirme sola el setenta por ciento de los días. El no tener una compañía para tomar un mate al día, y poder quejarme, y expresar lo que sea que me pase por la cabeza.

El sentirme mas sola cuando llega el esperado fin de semana. Que mi único plan sea solamente tachar un calendario, esperando volver unos días a casa, y sentirme de vuelta yo misma. 

Siento que deje mi casa, mis cosas e incluso a mi misma en casa. Que solo me traje un par de fotos, que me devuelven un poco a lo que soy (o era), mis libros favoritos para volarme de este plano, y la ropa, que ya ni siquiera se si es la que me gusta.

Me siento inconforme con todo lo que hago, digo o pienso. 

Y no se que hacer. 

Y solo quiero un abrazo de alguien que sinceramente me entienda.

Cansancio al extremo y ganas de terminar. Ganas gigantes de frio, mucha ropa.

 Y porque no, de un abrazo de luli de esos que te hacen sentir chiquitita una vez mas. 

A la vez me quiero frenar aca, y no pensar de nuevo la idea de una mudanza o de no saber a donde ir. No me entiendo, no me entienden y aca sigo sin parar.